Dejar ir

La naturaleza, todo, está en estado de cambio
aunque todo parezca sólido.
Cada segundo, todo es diferente,
aunque nuestro ojo no se entere.

Fluir con la vida en su río.
No agarrarse a las ramas de las orillas,
a las cosas no cambiantes,
a lo que desaparece o se queda atrás,
no querer que algo permanezca,
porque todo cambia y lo inteligente es cambiar con todo,
y no sufrir por las cosas que se dejan o quedan atrás.

Tratar de asirse al ‘cómo era’ crea decepción y sufrimiento.
El pasado duele, pues jamás regresa.
Tratar de asirse a planes y proyectos crea decepción y sufrimiento.
El futuro duele, pues rara vez ocurre según lo imaginado.

Si intimo con la incertidumbre que queda,
brota la libertad.

Estar simplemente centrado en el presente, cambiante,
significa estar despierto,
y estar despierto,
vivir.

La vida es sueño

La naturaleza,
un lugar,
o la vida misma,

se pone tan guapa,
tan extremadamente bella
y es tan perfecta a veces,

que sólo puede ser un sueño,
tiene que ser un sueño.

Pero un sueño largo y único,
único simplemente porque es el mejor,
porque es esta vida.

Dani – luna llena de Enero 2014 –

24 de diciembre.txt

-Pues no hay sitio para entrar al parque-, dijo Kenneth muy tranquilo para la desesperación que significaba para mí la noticia, después de colgar el teléfono.

Estaba en Costa Rica, y Kenneth era uno de los componentes de la familia que llevaba el Jungle Hostel, un lugar donde estuve muchos días por acogerme como uno más desde el principio y por estar ubicado en la península de Osa, uno de los lugares con más biodiversidad que existen. Cabañas de bambú en la jungla, con mosquitero, sin luz ni internet, sólo un generador por las noches hasta que cenábamos y nos cubríamos de velas o leíamos. La banda lectora era ‘Mo’, de Lara Ríos, y era apropiada para el lugar en que estaba y el que iba a visitar.

La noticia de no poder entrar (por lleno) al parque nacional de Corcovado, joya de Costa Rica y contenedor del 5% de la biodiversidad del planeta, estropeaba mi plan de pasar el 24 de diciembre de esta historia perdido en la noche de semejante parque. Pude pelear una entrada de un día sin noche, y la conseguí en el último momento el día antes.
Evidentemente aquí ya sabemos todos que, aún sin permiso, yo no iba a salir del parque aquella noche.
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El Robo. Una playa de cómic.

15 Diciembre 2013

Hallábame yo pues caminando bien contento con mis recientes andanzas en Ometepe, cuando divisé el océano de nuevo, después de largo camino por tierra; saludé al Pacífico.

Las playas se abrieron ante mí, y la de Gigantes mostró sus gentes, barcas de pescadores y alguna construcción terrible de la nueva era. Subí a los altos que cerraban la playa y el pueblo en una bahía. Desde allí pude ver más playas, y una familia me observaba curiosa desde su casa/bar, en el vértice de este cerro interplayil. Les hablé, y después de un rato de amistosa conversación y de hacerles ver que no buscaba hostal sino un cuarto cualquiera con locales, me enseñaron uno con su puerta a unos cinco metros del vacío al acantilado, desde donde veía toda la siguiente playa, y la otra, y todo el mar, y todo.

Una vez más, el cuarto era terrible, pero colocando las cositas por ahí, chiscando una vela, leyendo o escribiendo, y con un poco de imaginación, cualquier cuadra puede ser una habitación de lujo. Estaba tan contento con el negocio que había hecho (me darían desayunos incluídos en un super precio) que me olvidé del terrible hambre que tenía y me lancé a explorar la playa vírgen que tenía debajo, tan sólo con el bañador puesto.
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El Quijote con 33

He aquí el suceso de que, apartándose de la mundanal vida que le arrastraba y traíale más de un quebradero de cabeza, un jóven muchacho se encuentra con el momento de conocer, y no poco, al señor de Cervantes, y dedicarle así, de su tiempo, no menos de una quinta parte, pues a gran regocijo se encomienda el muchacho y cualquier persona que así decida leer las escrituras que relatan las tan bien conocidas como disparatadas aventuras de Don Quijote.

Es tal el regocijo del que disfrutan aquellos que leyeren tales escritos, que a bien tiene uno a la persona de Cervantes, y no sólo tal, que si uno tuviese la improbable ocasión de empinar unas jarras de cerveza junto al escritor, si fuese menester, con gran soltura podría decirse que las conversaciones de allí salientes no tendrían desperdicio alguno, pues aquel que dude del sentido del humor de este imborrable e imaginario narrador, después de acometer con cualquier historia del hidalgo, y más aún de las desventuras de su escudero, bien cegados tiene los ojos y mejor aún el espíritu.

Diome la visión, en leyendo, del tamaño gusto que me daba de ser hispanohablante, pues el incomparable castellano antiguo del que hizo uso con gran maestría don Miguel, le pone más artes a la historia pero más risa al que leyere, quedando toda traducción un tanto lejana del original. Si bien, la historia no cesará jamás de provocar la risa en el mundo entero y en lenguas lejanas, así como provoca más de una carcajada en mi persona, allá donde me hallare, al alba y también en la tranquila noche estrellada.
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Ometepe

12 diciembre 2013

Por fin estoy en Ometepe. 2 conos volcánicos sobresaliendo del lago más grande de la zona, el Cocibolca, haciendo la isla volcánica más grande jamás vista en un lago. El volcán Concepción y el volcán Madera, tan juntos que están unidos por un istmo. 276 km2 de delicias.

El nombre de la isla deriva del Náhuatl, õme ‘dos’ y tepetl ‘montaña’. Mi experiencia general se resume en lo interesante de tener siempre la impactante presencia de un volcán casi encima, vigilándome y guiándome.


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