A mi llegada a Guatemala desde Belice sólo había una palabra en mi cabeza: Tikal. Estaba demasiado cerca, ya lo sentía, es uno de los grandes pasteles de este viaje… a la altura de Machu-Pichu, el Salto del Ángel, el Amazonas o Iguazú.
Tikal reune misticismo y jungla densa, ruinas impresionantes y fauna salvaje. Leyendas infantiles en mi mente hechas realidad, respeto espiritual por los tan aclamados mayas, grandes películas o documentales que he visto por fin justificados. Éste complejo maya es el más famoso del mundo. Quizás sea por su ubicación y lo mágico de la visita y el entorno. Sin embargo hay opiniones y suelo oir que otros complejos están a su altura o lo superan (Kalakmul, Palenque). Lo cierto es que es una delicia de visita y requete-merece la pena venir.