Navegar hacia Sudamérica

22 febrero 2014

Por fin.

Después de varias semanas como residente en Panamá, disfrutando de la ciudad y sus locuras pero agobiado con mi inconexa situación con Sudamérica, encontré mi barco para cruzar esta esquina del Caribe y desembarcar en tierras colombianas; un pequeño paso para mí pero un gran paso para yomelargo.

Les presento al Gitana III. Un velero ketch (doble mástil) fabricado hace más de 60 años en Bélgica, perteneciente a la saga Gitana, con diseño deportivo, amplio (65 pies) y un récord guiness por cruzar en los 70 de Francia a Bahamas en 17 días. Cubierta en madera, buen estado general, 4 velas y un aspecto precioso por fuera; no podía creer que la tripulación me diese la oportunidad de ser uno más de ellos para compartir la aventura de navegar las impresionantes islas San Blas de Panamá antes de partir sin más paradas hacia Cartagena de Indias, Colombia.

El Gitana III, fondeado en isla Limón. Precioso no?

El Gitana III, fondeado en isla Limón. Precioso no?


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Escondidos en el Darién

4 febrero 2014

Así que nos conformaríamos con unas noches en medio de la jungla del Darién, a unas horas de camino de Yaviza hacia el sur. Cuando intentamos bajar en lancha, el Senafront nos puso literalmente la pierna encima y nos denegó. Empezamos a arrepentirnos de haber hablado con ellos. Nos quedaba ratear sin que nos vieran para coger una lancha, o serpientear al otro lado del puente y caminar sin ser vistos, aunque ellos decían que patrullaban la zona. Me ha pasado varias veces esto, cuando ya tienes un no y te pillan es peor, cuando no tienes el no, puedes decir ‘ah, mire, no sabía’.

Escogimos la opción de caminar por un sendero que bajaba al sur, al otro lado del puente… La adrenalina de no ser vistos por los militares y no cruzarnos con locales malignos hizo que camináramos como prófugos, al salir del pueblo, de esquina a esquina, agachándonos en ocasiones cómicamente, y en jungla, caminando rapidísimo en silencio sin hablar y vigilando todos los puntos anteriores y posteriores del camino. Nuestras mochilas pesaban, con muchos litros de agua cada uno y víveres para 3 días.

Nuestro sendero hacia lo desconocido.

Nuestro sendero hacia lo desconocido.


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El agujero de América

3 febrero 2014

Es el momento de enfrentarse a Sudamérica. De las opciones que tenemos para llegar a Colombia, la de cruzar el Darién a pie es un gran reto y la más motivante. Pero debido a su seriedad y riesgo, queremos hacer un buen estudio antes de lanzarnos a la jungla. Brandon el americano, Scott el australiano y yo (tres barbas que se han encontrado en el camino y han hecho gran amistad) estamos dispuestos a arriesgarnos, pero queremos hacer una incursión previa en la zona, hablar con locales, preguntar a las fuerzas militares… contemplar las posibilidades reales, encontrar un SI o un NO. Y, de paso, probar; acampar en este tapón del continente americano que nadie cruza; perdernos en la jungla más temida del mundo sin dejar rastros que pudieran llevar a bandidos hasta nuestro paradero, catar unas noches el vacío del mismísimo Darién, y sus misterios.
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Mi bici, por favor

29 Enero 2014

Pedaleando una calurosa mañana en bici prestada entre los rascacielos de la ciudad de Panamá, decido pararme en uno de los hotelitos más jartos que han decidido crear por aquí, el Hard Rock Hotel.

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Como no llevo candado, le pido a uno de los 200 botones que me rodean si me la puede guardar un momentín.

Me da un papelito como de guardaequipaje y me meto en el hotel con la sensación de estar observado y en cualquier momento interrogado. Pregunto disimuladamente por la planta de la piscina, cuando consigo darme cuenta de que paso bastante desapercibido, pues en estos hoteles hay gente, gentica y gentuza a aburrir, y de que tengo más clase que la mayoría de los ricos horteras que tengo alrededor, que no saben ni escribir pero van de catedráticos.

Cuando consigo llegar a la piscina se me escapa una carcajadita de placer al ver sus condiciones, y rápidamente me quedo en bañador y en barba como únicas prendas para ser un trozo más de carne entre tantos. Que la barba la puede llevar cualquier actor famoso y estar divino, y quién sabe si no seré yo alguien, o algo.

Baño, hamaca, baño, hamaca, ya está bien, tampoco es abusar, me pensaba tomar un café o birra para agradecer pero es que ni ní ni.

Pantalón corto sin nada debajo, camisetilla de tirantes y bañador húmedo al hombro, me bajo en el ascensor aceptando toda la cortesía de los empleados como cliente-quizás-famoso-guitarrista y en la puerta, contento con los resultados, le entrego el papelito a uno de los botones, que me mira y me dice -Sí, señor, por favor, espere en esa acera que alguien le traerá su auto-.

Yo, confuso por su confusión, me quedo a medio camino entre la acera y el muchacho, para aclararle que no, que…

…y después de 3 Mercedes, 2 BMW’s de la virgen y 5 de esos ‘todoterrenos’ de mentira de pijos, oliendo fragancias caras y viendo bolsos de Vuitton y eso, aparece al final de la cola un chavalillo con mi bici y una sonrisa de oreja a oreja, vieja y reventada ella, pero gloriosa y brillante por eso mismo.

Me subí a ella como quien monta un caballo después de matar a dos forasteros, y con una corta mirada atrás y un saludo que sustituyó al levantamiento de un sombrero que no llevaba, salí del lugar con una curiosa gloria.

El sin saber

Antti, original de Estonia.

En una conversación metafísica decidimos que es curioso en lo que nos estamos convirtiendo, cómo los avances tecnológicos cambian terriblemente nuestra forma de vida, si no será mejor para la tranquilidad y felicidad de ciertas personas, o más inteligente, si esas personas deciden cerrarse a entrar en esos avances vertiginosos y aferrarse a las cosas simples y antiguas, por la ansiedad que pudiera causarles el querer y no poder mantenerse al día.

De cualquier manera, concluímos que es positivo que el hombre tenga esa curiosidad innata, aunque nos cueste tantos quebraderos de cabeza a nosotros y tanta contaminación a nuestro planeta. Parece ser parte del plan. Si no, ¿sería aburrida nuestra existencia? ¿Demasiado contemplativa y sin progreso? ¿Con una menor calidad de vida?

Lo que es cierto es que la tecnología nos aparta del ahora, de disfrutar de los momentos, de hacer cosas más humanas. He experimentado el aislamiento tecnológico y mi presente, y puedo decir que las personas que practican esto brillan por sí solas, parecen sabias, están conscientes pues no pierden tiempo o atención presencial pensando en el futuro o el pasado, viéndose a sí mismas reflejadas en el lago de internet ó chateando berreas y marujadas.

Esto crea un enfrentamiento y un interrogante para mí (mientras escribo en un moderno ordenador), sobre si donde estamos ó estábamos hace poco es mejor, o si hacia dónde vamos es simplemente peor desde un punto de vista moral.

Y sin embargo el no tener ni puta idea de a dónde vamos, de lo que va a pasar, y de si mañana será mejor ó peor humanísticamente, es precisamente la clave de la vida. La ignorancia del futuro. El seguir simplemente adelante cada día para ver qué pasa. La vida, de cualquier otra manera, sería completamente aburrida, sería un desastre si yo supiese dónde voy a acabar ó cómo. La ignorancia es parte del plan; La sal de la vida es el desconocimiento y la ignorancia, fíjese. Y si es tan bueno no saber,
¿realmente queremos saber o descubrir tanto?

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Antti y yo nos sonreímos como viajeros porque viajar de esta manera es exactamente como la vida: no saber dónde se va a estar mañana o el mes que viene, ir descubriendo con ignorancia cómo resultan las cosas, aprenderlo cuando ha pasado; el no saber es libertad, y el no saber viajando nos retribuye más libertad aún, a Antti, y a mí, a todos.

Año nuevo, país nuevo

Enero 2014

Mi ridícula visa de Costa Rica vencía el 31 de diciembre.
Me arriesgué a quedarme en la comunidad el 31, pero el día 1 debía pisar Panamá. Mis pasos en el nuevo país estaban guiados por un valle que sería el protagonista hasta el momento…

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Henry Sr. murió hará unos siete meses en sus propias tierras, al norte de Panamá, con 60 años, de un ataque al corazón. DEP

Henry Jr., su hijo y heredero, decidió dar a las tierras una utilidad especial y altruista y llevar un grupo de voluntarios con diversos conocimientos y muchas ganas para empezar un proyecto capaz de llenar de ilusión a corazones buscadores de sueños como el mío.
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