Porque por ejemplo, lo grillos jamaicanos se pegan con los españoles porque unos dicen que hay que hacer politono y los otros que no, que monotono.
Es el sonido de Jamaica hasta la fecha. Cuidado con los politonos, hipnóticos.
Por la mañana me desperté algo más tarde porque menuda noche me dieron los chavales y la gente que ascendía la montaña para el amanecer, llegados en coches. No vale!
Todavía me quedaron ganas de pasar un rato con los muchachos del equipo de fútbol a pesar de las que me habían liado de noche.
Cuando me puse en marcha tenía mucha fuerza después de un buen desayuno continental con brickito de leche y todo. El ascenso desde Portland Gap es ya muy denso y con una vegetación especial, adaptada al clima y a la humedad, que es única del parque. La luz mañanera hacía muchas escenitas interesantes con tanto verde.
Escalando las montañas azules me encontré a estos hombres que comentaba en el anterior post.
Veíamos todas las montañas ya bajo nosotros, descansé mientras me comía una caña de azúcar que me obsequiaron, y me columpié mientras los observaba y grababa todo.
Mucha paz allí, soledad, y silencio general. Sólo sus voces y hablar extraño en patois me desconcentraban. No podía entenderles. Al menos no con palabras.
En el lugar en que me encontraba, en las montañas de Jamaica, conseguí un precio interesante y decidí quedarme unos días, disfrutar de no tener que cargar con la mochila cada día, hacerla, deshacerla… Planearía mi ascenso al Peak, el más alto de la isla, averiguaría cómo hacerlo yo sólo. En el pueblo, durante el día, se me ofrecían como guías algunos locales, pero yo quería mi aventura solitaria. Menudo aburrimiento seguir a un guía. Aún con todas las recomendaciones que leí y las advertencias de los guardas, que no tienen permitido dejar a nadie sólo arriba. Estaba cansado de playas y quería montaña, estrellas, usar el saco de dormir más, jungla, y quizás algo de fresquito. No me imaginaba el frío que podría hacer allí.
El huracán Chantal pasó cercano y ocasionó una tormenta larga con lluvias de un par de días. Eso retrasó mi ascenso más de lo planeado, incluso podría tener que cancelarlo. Las previsiones daban días, pero yo no quería abandonar la zona sin mi excursión. Ser cabezón a veces da muy buenos resultados.
Esa creencia religiosa jamaicana que leíais en un post anterior se ve aquí reflejada en estos dos sonidos;
El primero, la mujer que predica sóla en la calle para los suyos, haciendo su propia labor cristiana.
El segundo, la misa callejera que mencioné, desde la distancia en la montaña. Es una mezcla de la noche en el hostal, donde los protagonistas eran los grillos, los perros lejanos, una música reggae lejana en algún punto del valle y éste señor que se desgarra la voz para llegar a sus oyentes, con muchos Aleluyas también, y con esa sensación de gran Fe que tienen, como si cada vez que dieran una misa estuvieran cambiando el mundo y llegando al Señor, entre lágrimas.
Las frecuencias contínuas y altas, como las de los grillos, pueden verse en la parte alta del espectrograma.
Creo que será mejor ir ‘grabando’ o registrando cosas sobre Jamaica para no generar más retraso del que ha causado Cuba. Una puesta al día. Seguiré añadiendo lo que pueda sobre Cuba al mismo tiempo, que es infinito, así que de vez en cuando, a comprobar la categoría ‘Cuba’!
Después de mi última aventura en Cuba, una expedición a caballo por la Sierra Maestra, las famosas montañas históricas de Cuba donde se desplegaron los revolucionarios, llegué a Jamaica y en seguida añoré el calor cubano y de sus gentes, así somos los latinos, hacemos una diferencia bien notable en el contacto social.
En Kingston no me dejarían pasar sin una reserva hecha en algún hostal (esas cosas de inmigración) y de milagro que no me pillaron sin vuelos de salida del país, al estar ya viajando ilegalmente con vuelos de salida falsos para tener más libertad de decisión en el día a día y no tener que pensar cuándo ni cómo… especialmente queriendo salir a vela de la isla.
Sin embargo en Jamaica estoy empezando a dejar flotar de veras mi decisión de no saber dónde voy a caerme muerto la siguiente noche y confiar en los sucesos. Ésto te abre bien los ojos, pues requiere que estés atento a TODAS las señales que puedan acercarse. En la última fase de mi vida había olvidado fijarme en las señales, en los pequeños sucesos del misterio de la vida que pueden cambiar tu día. Solía hacerlo más de niño y adolescente, pero desde que los hombres grises empezaron a robarme mi tiempo, es una práctica que estaba olvidando, concentrado en ahorrarlo y con la vista sólo concentrada en el futuro o el pasado.