Ripaí y nachel

26 abril 2016 – Lombok sur

Estaba más profundamente dormido de lo que creí dormirme -semi-alerta- cuando me desperté con alguien moviendo mi hombro, alguien a quien no había oído llegar. El sobresalto que pegué me puso de cuclillas sobre el pareo en la arena y lancé un ataque suave e inevitable a mi agresor.

Por un instante ví su cara cambiar a enfado por mi ataque a la luz de la luna, pero fue demasiado corto, entendieron mi sorpresa, al despertarme con dos hombres desconocidos frente a mí, sin defensa, y hablando cualquier cosa aún de mis sueños en español. Tardé segundos en tramitar la situación y calmarme.

Me había dormido en la más absoluta de las paces y en el lugar más majo: una gruba local de una playa, algo lejos sí, de EKAS, Un hombre había pronunciado la palabra BANDITS cuando me vio intención de dormir allí, pero pensé que solo quería evitar que lo hiciese, y yo estaba demasiado encantado con mi lugar. Incluso ví una película en la red antes de dormir.

Aquellos dos hombres me decían lo mismo, que llevara la moto y la mochila a casa de Ripaí, el más resuelto, que allí no era buena idea estar de noche. Yo, aun desconfiado, les pregunté sus nombres para ver cómo contestaban y tener mis pistas sobre su legitimidad. Pero pensando que quizás ellos eran los bandidos y querían desbloquear la dirección de mi moto para llevársela, me negué, aún en sueños.

Volvieron a los tres minutos, todo visible por la luna, Ripaí sonriente, su amigo empezando a tocar mi mochila sin permiso y viendo que yo la había enganchado al bambú de la bruga en varios puntos para evitar un hurto insonoro -antes de dormir ya tenía sospechas-. Las cosas de valor eran mi almohada en la arena, a dos metros de la bruga.

Me dijeron que fuese a una casa allí en el muelle, que era más segura. De nuevo desconfiaba, estúpido, confundido, venían tal vez de beber, algo me pareció sentir en sus alientos o actitud.

Se acabaron yendo pero yo ya estaba mosca. Enterré las cosas de valor y me quedé frustrado, pues sabía que aquella noche ya no sería lo mismo, sino una alerta contínua. ¿Eran ellos los bandidos? ¿Volverían con más muchachos? ¿Qué probablilidades tenía de dialogar o no perder mi moto?

En el silencio de la noche, dos luces y motores se acercaron a prisa a mi campamento. Incluso después de haber negado dos veces su sugerencia, volvieron con un muchacho majete, Nachel, que hablaba inglés bien para transmitirme el mensaje. ¡Solo trataban de ayudarme y sacarme de allí antes de que me las viese con sus enemigos!

Esta vez era obvio que tenían buenas intenciones y desistí de mi noche perfecta en la playa. Les seguí en la moto a casa de Ripaí. Ripaí era un pequeño héroe en la aldea de EKAS. Parecía un niño a la luz de la luna, pero tenía 37 tacos y una familia detrás. Velaba por el bien de todos en la aldea y rara vez dormía. Tras llegar a su casa en construcción y alojarme sobre el tejado de hormigón lo mejor que pudo, pasaron 5 minutos y se oyeron unos gritos en la noche que me hicieron callar. En dos saltos Ripaí estaba sobre su moto yendo hacia el lugar, y su amiguillo detrás más lento.

El intérprete y yo nos quedamos largo rato tomando café, fumando Durang Garang y hablando. Las estrellas avanzaron entre aquellos cafés a deshoras que siempre existen en Indonesia. Me contó que Ripaí se las ha visto en varias ocasiones con el peligro y todos le quieren por su pacifismo y capacidad de calmar las tensiones entre la aldea y los vecinos bandidos, con quienes hay duelos y leyendas en las que mataron a 15 que vinieron a robar y se quedaron encerrados en la casa, o un policía que acabó gritando desconsolado para que no le mataran cuando le tomaron por ladrón.

Los bandidos, me dice, son gente sin religión, ateos, y por lo tanto, ‘mala gente, ladrones’. Los musulmanes de verdad ‘no roban porque su religión no lo permite, ni su karma, ni sus vecinos’.

En algún punto me tumbé haciendo entender a mi amigo mi sueño y acordamos el dormir.
Durmieron sobre el suelo haciéndome compañía y dejándome las mantas a mí; al día siguiente el mismo buen Ripaí fue a comprar mi desayuno y nos despedimos después haciendo una foto con su familia y Nachel el intérprete.

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2 comentarios en “Ripaí y nachel

  1. UUHHHUUUUUUUUUU!!!!!! Chaval!!! Que gusto leerte….De vez en cuando me raglo un minuto de fantasia y leo tus cositas…y vamos…MOTIVACION y GANAS es lo que da leerte.
    Un beso gigante campeon!!!! Alla donde estes ahora te estara llegando.
    Ya nos veremos pronto por ahi

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