21 Marzo 2016, Apollo Bay, Australia
Quieto. Ni te muevas. No dejes que la mente entre en sus cosas de nuevo. Como si siguieses soñando. Retoza, ronronea de placer.
En el saco, sobre el poncho.
Extiende la mano, toca las briznas de hierba fresca, frescor, vuelve tu brazo al saco, cozy, protegido.
Siente la brisa perfecta en la cara, ni caliente ni fría, perfecta, como un susurro, el susurro que lleva toda la noche diciéndote que estás en el exterior, bajo las estrellas. Te has despertado con cada cambio de postura importante y echado un vistazo: las estrellas estaban cada vez más giradas. La última vez ya echabas de menos el alba.
Viste más luz y quisiste dormirte de nuevo.
* * *
Recuerdo después, en un abrir y cerrar de ojos, las briznas verdes iluminadas por el sol directo horizontal.
Ahora, el sol ya se ha ocultado tras unas nubes azules y grises. Unas finísimas gotas me han rebotado en la cara para aliviar mi sueño.
Algunos trozos de nubes están iluminados por el sol, gaseosos.
En una parte clara del horizonte marino, se ven nubes lejanísimas, casi invisibles, pero si fuese allí debajo de ellas serían tan inmensas como la que tengo ahora encima, infinita. Allí, en el horizonte, hay sol y luz.
El murmullo del mar al final de la ladera y unos pájaros, los cuervos australianos.
Unos arbustos, aunque de cardos, alrededor de mí, mi compañía, perfectos también.
Un barquito blanco madrugador, pequeñito, surca hacia el sol, lento, su capitán debe sentir ahora el iluminado sentimiento de orgullo y rectitud causado por el buen madrugar y el hacer las cosas bien. Bien por él.
* * *
Vuelves a cerrar los ojos. Podrías dormirte de nuevo. La brisa fresca. Suspiras, gemido.
Un solo día en la Tierra ya merece nacer y morir.
Una conversación interesante con un amigo, un café caliente frente al mar, un despertar en la pradera, un puñado de aves cruzando ahora el azul marino.
¡La vida es larga, y el mundo perfecto!
* * *
Precioso despertar…y yo desayuno mientras te leeo y me desperezo a tu lado!
Vamoooos!
Cuánto tiempo, azul!
dani viajerooo!…mucho tiempo sin comentar es cierto, pero todo el tiempo te leo, y cuando no escribes te espero y me pregunto dónde andarás y que estarás viviendo y sintiendo, y te imagino siempre contento, y miro tu ruta en el mapa y te sigo y aunque yo viaje por otros sitios también viajo siempre contigo!
un beso enorme!
:-)