LFO’s y motores

Sete Maio 2014 (ahora)

En 2ª persona? A ver qué pasa.

Cierras los ojos.
Es la primera vez en mucho tiempo, ha sido un día largo. Conectas contigo mediante una profunda respiración consciente. Estás cómodo, la hamaca se porta bien, el viento te mantiene fresco, el sueño entra moderadamente. El frescor en la boca, de haberte lavado los dientes, es otro indicador a tu cuerpo de que ya puede aflojar la tensión y la pestaña, como los perros de Paulov cuando salivan. Los párpados hacen contacto lentamente con la pestaña inferior, placer, pero empiezan a descargar más y más peso sobre ella, más placer, como una persiana que bajamos hasta la última línea de agujeros cuando sabemos que no queremos luz de amanecer.

Pero no quieres dormirte todavía, no! Aún quedan cosas ricas en este día, no puedes dormirte así. No sabes por qué, tiene que ver con despedirse, limpiar la mente, quedar bien con el día y contigo mismo. Te lo debes, lo sabes.

La música que, hoy SÍ, te regalas con auriculares, comienza a sonar. Son «Canciones del viento», que ahora por cierto te golpea la nuca sin darte frío. Te concentras en esta parte de tu cuello y te provocas un escalofrío. El tema resulta llamarse «Clean mind». Toma ya!

Abres los ojos.

Tus pies están en primer plano, en el otro lado de tu hamaca. Tu hamaca es la última de una fila de unas trescientas, más o menos, que forman una maraña con sus cuerdas y ganchos, pero también con sus diversos colores. De ellas cuelgan brazos y piernas, la mayor parte negros, alguna cara con la boca abierta, dormida, también se asoma.

El ruido del motor ya es parte de tus entrañas, está dos pisos más abajo pero no puedes librarte de su presencia sonora. -No es un sonido que quiera grabar en mi colección… O si? -De cualquier forma, tus auriculares son para aislarte y hacen bien su trabajo.

Clean mind está cargado de atmósferas y sonidos largos y mudos, como de cuerda, imitando música india pero filtrada, dejando sólo una banda de frecuencias bajas y medias, unos 400 a 800 hz. Es perfecto para limpiar la horrible basura musical que te han obligado a oír durante el día.

Los LFO’s -osciladores de baja frecuencia- de la música modulan los herzios de los tonos lentamente, que a veces parecen sincronizarse con las oscilaciones del dichoso motor, pues también cambia su sonido al son de la superficie del río cubriendo y descubriendo el tubo de escape de humos y agua de refrigeración del motor.

Estas pequeñas apreciaciones están ya, de hecho, limpiando tu mente.

Otro brasileño con camiseta amarilla y verde pasa aburrido por tu lado y deja una estela de color en la negrura de la noche. Más allá de la barandilla, pequeñas luces blancas y naranjas muestran una orilla que debe quedar a unos dos kilómetros del barco. El amazonas está muy alto. Unas luces se mueven más rápido que otras, lo que delata la existencia de algún otro barco en el medio.

Todas las hamacas, colgadas transversalmente a la línea de crujía del barco, en todas las cubiertas, tienen un vaivén sincronizado con las arremetidas de la quilla de proa en el agua. Duermen. Tus rodillas tocan las suyas, estás muuuy cerca de ellos.

Debajo, una argentina ha decidido que su pareja duerme en la hamaca y ella en el suelo, y ya duerme.

El rebufo del viento en popa hace un remolino que da vueltas y vueltas a un papel lleno de sangre. Antes, oíste gritos a lo lejos de uno que debía haberse cortado la mano. Miras el papel y gira, sucio, con la música, con el motor.

Duermes.

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A veces hay que escribir en el momento, porque si no, los recuerdos podrían desvanecerse,

como lágrimas en la lluvia.

1 comentario en “LFO’s y motores

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