30 agosto
Bueno. Pues me voy a los altos de Chiapas con esa intención de conocer a los indígenas, o intentarlo. Los indígenas son cerrados de por sí y reacios a mis apariciones… Muchos niños corrían asustados a sus casas al verme, y las mujeres se metían despacio en casa a mi paso, cerrando la puerta. Los hombres hablan conmigo confiados, la mayor parte de ellos leñadores cargados con leña a las espaldas.
Intuyo que creen que mi presencia pertenece a otro tipo de gente maligna que no puede traer buen tiempo ni suerte. Ni hablar de fotos directas, que creen les roba parte del alma.