Chiapas: San Cristóbal y Chamula

Cuando el frío me despertó en ese último trozito de viaje, me dediqué a observar por la ventana, muerto de sueño. Pero ví cosas que me despertaron curiosidad acerca de los indígenas y las gentes locales de esta zona de Chiapas. Casitas de madera, chimeneas, trajes y vestidos muy peculiares entre los bosques de la montaña. Quería explorar la zona, pero éso sería más adelante.

San Cristóbal de las Casas se encuentra en un fértil valle rodeado por montañas en el estado de Chiapas, al sur de México. Es el hogar de varios grupos indígenas que descienden de los mayas; dos de los más grandes son los Tzotziles y los Tzeltales que habitan en los pueblos de los altiplanos que rodean a San Cristóbal.

Los habitantes indígenas de Chiapas hablan su propio idioma (con frecuencia, además del español), siguen sus propias costumbres y se los puede identificar por su vestimenta tradicional, que varía según el grupo. Continúan dependiendo principalmente de la agricultura para su bienestar económico; sin embargo, no es raro que viajen hasta San Cristóbal para vender sus artesanías hechas a mano y comprar en los mercados artículos de uso diario para llevarlos a sus aldeas.

Mi primer paseo de noche me hizo subirme a lo más alto que pude para hacerme mi esquema mental del lugar, conocer su inigualable situación entre las montañas de Chiapas y explorar lindas calles desiertas que volvían a recordarme a algunos de los pueblos decentes que nos quedan en España.

15-IMG_8441

01-IMG_8289

Me chocó ver lindos patios y hoteles decorados y mantenidos con gusto, mucha gente dedicada a mantener la ciudad bella y con sentido de la estética y conservación.

El deje en el acento en esta área es dulce, y si no, escuchen a estas chicas locales intercambiar un par de palabras.

Un largo paseo con Scott por la ciudad me hace descubrir que San Cristóbal es una de las ciudades coloniales mejor conservadas de México. Está compuesta por una serie de barrios tradicionales, cada uno es conocido por algún comercio o costumbre en particular, tal como trabajos en hierro, carpintería y tallado en madera. Veo rincones especiales, mas allá del centro, no tan bonitos pero más acogedores y genuinos.

También paseamos por el antiguo mercado, donde se juntan todos los indígenas a conseguir cosas para llevarse a las aldeas, y ví cosas como las siguientes…

…mientras, además, mis oídos escuchaban cosas como la siguiente.

Existe una energía religiosa entre los locales que incluye celebraciones y creencias de origen prehispánico. Se respeta a los indígenas porque se les sabe creyentes en fuerzas místicas y aterradoras. Esa curiosa energía fantástica que pulula entre ellos me motivaba lo suficiente como para organizar una salida con los australianos a San Juan Chamula y San Lorenzo Zinacantán, en la sierra. Ambos pueblos ofrecen una visión única de las tradiciones y costumbres de las comunidades indígenas mayas de la región.

Ésta es la iglesia de San Juan Chamula; encontré, en Belice, un libro en un hostal cuya historia de suspense transcurría en San Cristóbal y la protagonista acababa con problemas de brujería en esta Iglesia. Leerlo me despertó el mayor interés por éste lugar.

Esas antiguas creencias de los indígenas les hacen creer que las fotos les quitan parte de su espíritu y las rechazan con mucha violencia y enfado. Es difícil retratar a esta gente, siempre ha de ser sin que se enteren y con la cámara baja en la cintura. Mantienen su fé en los conjuros, el mal de ojo, y otras mil historias que sólo sabe el patrón de San Juan Chamula, a quien le piden en la Iglesia con plegarias que no olvidaré. Algunas personas entran en éxtasis mascullando palabreo enfermizo entre dientes, otras sacrifican pollos allí mismo, aquellos traen coca-colas de ofrenda que acaban bebiendo (los refrescos son de las mejores ofrendas posibles), y éste de aquí enciende 100 velas que, según se colocan o se queman, significan una cosa u otra. Ésto pasa cada día, y el domingo se multiplica por cien, llegando el desfase y delirio total.
El aspecto de la iglesia al entrar no es nada convencional… el suelo, sin asientos, está cubierto de hoja de pino, precioso, y todo lleno de velas, millones. Patrones y santos de mil nombres en las paredes laterales, y gente indígena, Tzotziles y Tzeltales de la región, dando cantos de delirio en sus plegarias por el suelo, sólos o en grupos y familias al completo, a veces parece una feria en el campo. Coca colas en el suelo. Cera a despegar cuando se apagan las velas -si se te ocurre apagar una antes de que se apague sóla, agárrate, a ver qué hechizo has roto-. Algunos tocando música. Y pollos.

Desde luego, es impresionante. Lo que pasa en la Iglesia de San Juan Chamula, se queda en la Iglesia, y nunca dije ésto con tanto sentido:

Al entrar queda clara la prohibición de cámaras y fotos, pero no la del sonido.
Intenté grabar a una mujer con ese canto que me impresionaba, realmente ancestral, con la grabadora escondida, y un hombre estuvo a punto de golpearme. Se lo toman muy en serio, y yo y mi respeto roto no sabíamos dónde meternos. Me querían meter en prisión y hacerme pagar 10000 pesos, pero con tiempo, diplomacia, mucha labia, y borrando las grabaciones delante de la ignorante mirada de aquel hombre, salí ileso y pude sentarme un rato a disfrutar de los indígenas sin grabaciones, ni hostias. Mi alegato fue que no ponía nada en ningún lugar sobre sonidos, y era cierto. Al ver que yo mismo les pedía que trajeran a la autoridad para aclararlo, se dieron cuenta de que no había negocio conmigo. Aún me pregunto si su furia era por sus creencias realmente, o por sacar algo de dinero.
Si alguna vez van a esta Iglesia, por favor, ¿podrían decirme si han prohibido grabar sonidos? Gracias.

Después, caminando hacia otros centros indígenas…
13-IMG_8431

… como Zinacantán:

Por allí pude recoger muchas más imágenes imprescindibles en mi memoria, que prefiero juntar en la siguiente aventura con las de mi travesía, de nuevo en solitario, por…

…los Altos de Chiapas y sus gentes zapatistas!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *