Free travelers awards

Una sorpresita maja es que me han galardonado con el ‘free travelers award’, un premio otorgado a viajeros del mundo con grandes hazañas, objetivos o proyectos curiosos a sus espaldas… o en curso.

Los premiados estaremos en Milán del 6 al 8 de Abril en el Museo Nazionale Scienza e Tecnologia «Leonardo da Vinci». Muestras, vídeos, fotos, entrevistas, presentaciones, tabla redonda y encuentros con el público.

Normalmente el festival es en Dubai (Dubai Travelers Festival) pero este año se celebrará en Milán (freetravelersawards.com). Contaremos con la presencia del fundador, Awad Mohammed Bin Mejren.

Parece que habrá registro en vídeo de conferencias etc. para los que no puedan asistir, así que a ver su facebook o instagram:
https://www.facebook.com/freetravelersawards/
https://www.instagram.com/freetravelersawards/

Espero estar a la altura de semejantes personajes!!

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Llegar a casa

Aún recuerdo muy bien aquella noche de Febrero, la última en el extranjero.

Ya tenía aquella sensación inesperada de estar ya en casa, provocada por el tiempo que llevaba surcando Europa a dedo y reviviendo mi propia cultura, sus sabores y sus aromas, buenos y malos. Estaba en la ‘Dune du Pilat’, en la costa atlántica francesa cercana a Burdeos, y al día siguiente, con suerte, podría entrar en España si me iba bien el autostop. Era consciente de que era mi última acampada en el exterior, en el mundo desconocido, las últimas estrellas y palabras vistas y habladas en otros idiomas. Pronto cruzaría esa frontera con la que había soñado tanto tiempo entre Francia y España.

El caso es que estaba animado a hacer algo especial y el lugar era perfecto para saborear lo que se acababa. Allí, junto a la duna más grande de Europa, había un bosquecillo de pinos en lo alto de las arenas con claros donde acampar y vistas a la puesta de sol en el mar, a unas marismas de arena y a unos faros rojos y blancos en un cabo cercano. Fuego, carpa y hamaca, en la que me tumbé a disfrutar de las nubes que perdían ya colores y del viento ya amainadito junto al fuego nocturno… El fuego…

* * *

El último fuego extranjero – 24 Febrero 2017

El último fuego del extranjero; el último guarreo de estar sucio de varios días acampando por Francia antes de entrar en España. ¿Cuántos fuegos como éste he hecho? ¿Cuántas felicidades, calores, compañías y bienestares me han dado? Lo miro sin pausa. Siempre que he tenido fuego, no me ha faltado nada. Las peores noches, las de frío, viento y niebla, son gentiles si está mi fuego.

¿Qué estoy acabando realmente? ¿Quiero?

Mañana, en España, hablarán español del nuestro, del que me aburría o molestaba cuando lo oía muy lejos, cuanto más lejos, más lo rechazaba, sin saber bien por qué: tal vez el escucharlo me acercaba a algo de lo que había huído, tal vez me sacaba de mi evasión. Ahora será el español que me diga con su sonido que mi largo sueño se ha acabado, que estoy en España. En casa…

HOY, sigo en el extranjero. Hablan otros idiomas, me esfuerzo por hacerme entender en sus lenguas. Hoy es mi último fuego en el extranjero; hoy sigo viviendo yomelargo, pasan las horas y no me importa, podría estar aquí toda la noche, que pasen las horas, en este contexto no importa… es perfecto. ¿Por qué nadie disfruta esto cada día como yo? Pero si es genial.

Mañana recogeré todo esto de nuevo.
Mañana oleré mucho a fuego de nuevo.
Mañana saldré definitivamente del extranjero.
Hoy es un buen día para llorar; pero estoy contento.
Adiós a todos: Gracias.

* * * Sigue leyendo

El final de yomelargo (por cierto)

Agosto 2016

¿Qué cosas llevan a un hombre a rendirse a una fé incierta? ¿Qué sucesos en su vida, qué límites ha de traspasar para admitir el cambio? ¿Cuánto ha de observar su planeta, a sí mismo y a sus hermanos en él, qué pequeños caracteres de su propia raza le hacen darse cuenta de una verdad absoluta? ¿Cuándo es mayor la necesidad de creer que el apego a los principios que uno tuvo, exactos, limpios, científicos?

¿Qué ciencia religiosa encaja de manera no muy ruidosa con mi nueva vida? ¿Qué me diferencia del hindú, del budista o del ateo, si no es el mero lugar de nacimiento? y entonces, ¿qué es la fé?

Hoy en día, y nadie puede negarlo, nos rendimos a algo: es otra característica humana, necesitamos algo superior que se encargue, tal vez no queremos responsabilidades. A la sociedad, al estado, al rey, al gobierno, pero lo aceptamos y nos rendimos. Tales rendiciones siempre han venido acompañadas de revolución, siempre ha habido violencia en la historia de las infinitas rendiciones. ¿Qué tan absurdo sería rendirse, en cambio, a la fé interior únicamente? Tal vez a un Creador, a un Dios muy particular que es molón, majo de cojones, muy buena gente y gran colega, de risas?

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Mis amigos los científicos, a los que he dado siempre mi confianza y alianza contra un Creador, investigan desde la química. Pero por su naturaleza, se pierden los orígenes; entienden evoluciones y reacciones y mezclas de laboratorio, pero no llegan al origen. No pueden crear vida y una brizna de hierba es imposible de hacer. Creamos químicos con el cuerpo como el árbol crea oxígeno, pero no sabemos cómo: la fuerza de la vida sostiene un poder místico. ¿Cómo crecen mis uñas? A día de hoy, seguimos sin poder probar que la vida viene solo de la materia (y así, que Dios no hace falta). Ya quisiera yo que mis colegas crearan vida en un laboratorio, o que encontrásemos un marciano, ¡qué interesantes se pondrían nuestras vidas! Pero nanay: nuestra mente sigue siendo muy limitada, como la de la rana.

Érase una vez una rana en un estanquecito, que recibió la visita de un amigo que le habló del pacífico, nada menos.

-Ah, ¿qué es? ¿Cuán grande? 10 veces mi estanque, 20? Sigue leyendo

3 años

Según el contador, haciendo hoy 19 de abril de 2016 tres años exactos de mi partida, son 1096 días y 38 lunas, sin contar la que se me viene encima pasado mañana, calculo.

Nadie sabe que celebro hoy tal cosa. Me he regalado un día de placeres y lujos infinitos en la isla de Gili Meno, cualquiera diría que por todo lo alto. Buceado viendo corales que no recordaba desde Filipinas, apneas con tortugas, café al caer la tarde, puesta de sol en el oeste de la isla, leer libro ya con la brisilla fresca única de la noche sobre la arena. No, no escribo esto a modo de envídia en plan selfie, no es el estilo de yomelargo.

De lo que estoy contento es de haber hecho todo esto de la única manera que sé hacer las cosas tras estos años: en modo ‘me queda aún tela’.
La gente viene aquí por dos semanas a tirarlo todo, a derrochar. Y es un poco chocante en un lugar supuestamente barato como este, tener que seguir siempre al mínimo, a la lucha. Especialmente después de Australia, que todo está tirado. Me siento mal al regatear, pero es que yo sigo después de esas dos semanas y no puedo permitirme lujos, pero tampoco los quiero o necesito.

Estoy tumbado en la hamaca, en la red, junto a mi tienda de campaña. Soy el único camping de la isla. El alojamiento no es barato. La wifi la tengo por haberme tomado un tal en los bungalows de detrás. He desayunado un café de sobre con agua calentada en mi taza metálica con la cocinita de cocacola y alcohol. He alquilado una máscara para bucear regateada, sin aletas, nadando hasta los lugares, en lugar de ir como todos, con tanque de oxígeno y en barco. He pedido que me guarden el bolso mientras. He comido un plato en el lugar más barato del interior de la isla, encontrado de coña, con una familia local y todo medio sucio. He conseguido agua caliente de una casa humilde para el café de la tarde, de sobre. He caminado todo el tiempo -la gente va en carritos a caballo- excepto cuando he pedido a un muchacho que pasaba que me llevara en bici de favor, a devolver el esnórkel de los huevos que si no me cobraban otro día.

El presupuesto del día, de 6 dólares. La diferencia puede ser del XXX por ciento.
Es adictiva la sensación de hacer todo lo que la gente hace aquí, no con la misma calidad, pero al menos disfrutando lo mismo. Me gusta. Para los que no lo crean, se puede.

* * *

Sinceramente, espero pasar la luna 52 (cuarto año) en casa.
Y lo de que la Tierra es redonda lo vamos a tener que estudiar detenidamente.
Que llevo 3 años y no veo mi casa ni en el horizonte. Coño ya.

¿Pecador, yo?

Qué pesada la mente. Para, hija, siempre con tu quiero esto, quiero aquello. La felicidad sera ésto, la felicidad está allí.

Me siento a leer un momento, y hala, que la niña quiere un café; me pongo a ver una película, y la niña quiere golosinas. Como un hijo tonto. Si voy a escribir, quiere otro placer, soy una veleta apuntando donde ella dice.

Todos queremos una vida feliz, lo que requiere una salud, una dieta equilibrada, ejercicio adecuado y suficiente reposo. Menos famosa y más importante que la necesidad de salud física es la necesidad de salud espiritual. Si ignoramos los requisitos de salud espiritual es fácil experimentar tendencias negativas como la ansiedad, egoísmo, envidia, aburrimiento y desolación.

En la aventura de mi viaje existe un patrón que se repite en mi aprendizaje, al que no puedo ignorar y al que no puedo por menos que traer de vuelta a mi diario. Se trata del cuidado de la salud interior, del cuidado de nuestra felicidad, del crecimiento y la observación interiores.

En cuanto pensamos en algo, queremos hacerlo, y así somos esclavos de los infinitos deseos, apetitos y pensamientos que cruzan nuestra mente materialista, que disfruta con los sentidos experimentando relaciones materiales, sin descanso, adictivas.

Vacilamos así entre el júbilo breve de un triunfo material y el lamento por la pérdida o frustración materiales. Y se diría que si no despertamos la conciencia a esta verdad, no controlaremos la mente sino ella a nosotros, no utilizaremos nuestra inteligencia al 100%, no nos sentiremos satisfechos, no habrá paz. ¿Dónde está la felicidad, sin la paz?

Tal vez es parte de nuestra vida el lidiar con toda esta maraña de suposiciones, quizás elegimos luchar con espada por esa realización debido a nuestra curiosidad, pero quién me manda, ¿por qué no puedo yo ignorar todo esto y vivir feliz, o inconsciente, con las golosinas, gordo, viciado, sumiso, obediente, gris?

Y si he sido creado con defectos, ¿no tengo derecho a ser así, a tenerlos, y en caso de advertirlos, ignorarlos, culpando exclusivamente de mis pecados a aquel que me creó con ellos, pecador?

Chiquito de la Calzada sabía de lo que hablaba.

* * *

Si mi alma existe en el mundo espiritual, pura, y se corrompe en el mundo material, experimentando la ilusión del tiempo y el egoísmo, del cuerpo, del miedo a la muerte, a la edad, a la enfermedad, a la pérdida de belleza o inteligencia o fuerza o habilidades, provocando ansiedad en/ante el cuerpo temporal…

¿Soy yo responsable de todo ello? ¿Elegí yo que esto me ocurriese? ¿Es mi misión trascender los miedos y ansiedades del mundo material, mientras aún estoy en él? ¿es mi misión acabar con la envídia, el odio, la desolación, en una lucha indefinida?

¿O es mi misión disfrutar sin límites de los placeres materiales, acentuando aún más las tendencias asíduas de mi mente, mientras pueda, mientras paso por el mundo material? ¿No es para eso para lo que estamos aquí?
¿No estamos aquí para gozarla, partirla, y reventarla?

¿Cuántas personas tienen estas reflexiones? Porque ojo, todo esto es básicamente ser un humano en el 2016. No sé dónde la hemos cagado para complicarlo tanto.

* * *

Haumm, ñam, chocolate. Voy a hacerme un café. Cuando tenga mi propia casa, seré feliz…