Intimidad natural

2 Julio 2014

¿Por qué cuando estoy en una playa desierta, todo es tan maravilloso?

¿Por qué cuando llego a un lugar natural, y es todo para mí, existe la magia?

¿Por qué, cuando se van los únicos presentes en una cachoeira como ésta, todo cobra más sentido y tiene más color?

¿Es que lo quiero todo para mí?

¿Es egoísmo? Ná.

Es la intimidad natural lo que me atrae.

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Cachos de cielo

Junio 2014, Brasil sur

No recuerdo la última vez que ví a la Estrella Polar.

La última vez que ví a la Osa mayor fue en la frontera entre Venezuela y Brasil. Estaba completamente invertida y apuntaba a una estrella polar bien sumergida bajo tierra.

Las echo de menos. Son de esas cosas que se echan de menos.

* * *

Hoy, la Cruz del Sur protagoniza mis noches, y aprendo con ganas las nuevas formas de las constelaciones. El nuevo firmamento ya está aquí, es todo mío. Llegué.

* * *

A primeras horas de la noche, tras la puesta de sol, la Cruz aparece recta y bien alta, más cerca del cénit que del horizonte.

* * *

¿Con qué estrellas voy a vivir el resto de mi vida? ¿Con la estrella polar o con la cruz del sur??????

Salvador de Bahía en 30 fotos

23 Mayo 2014

Brasil es grande. Pero mucho. Tanto como un continente.

Quisiera llegar a Río para la copa del mundo. Después de desembocar en el Atlántico con el Amazonas, me enfrento a un descenso por la costa brasileña hasta Salvador de Bahía.

Una de las ciudades que más interés me despertaban, no me dejó indiferente. Vivía en una casa, por couchsurfing, de un jóven policía encantador que hasta me dejaba cosas para desayunar. Era en una favela lejísimos del centro y cada día me tomaba una hora y media llegar a pasear, y espiar la belleza brasileña de una ciudad que está llena de negros y mulatos de origen africano y que le dan toda la fuerza de su increíble raza, tradición y costumbres. El Brasil africano: la ciudad con mayor población negra del mundo fuera de África, el 80%.
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Tres mosqueos amazónicos

Agosto 2014

Los árboles

Innumerables son las veces que, estando por el Amazonas, he oído motosierras de fondo en algún lugar.
Ñieeeee, ñiaaaahhhhh

Un eco de mosqueo desde primeras horas de la mañana.

A veces me aventuraba selva adentro siguiendo el sonido; sin embargo a veces me preguntaban a dónde iba, como en Codajás, en donde una vez nos confesaron a mi amiga Lua y a mí que el pueblo pensaba que los dos éramos policía secreta. Ese mero hecho nos dio a entender que ocultaban algo. Aunque la policía brasileña está totalmente comprada, y todo forma parte de la misma farsa, por un momento quise ser investigador de verdad.

A veces encontraba cementerios de árboles, una manzana pelada. Otras, en entradas por la selva, me encontraba muchas veces con un sólo árbol tumbado y destripado en medio de la nada. Desgraciadamente se meten a buscar los más grandes, los inmensos, los que tienen cientos de años, los que ya no quedan. Dan madera mejor. A nadie le importa nada más que éso, aquí.

La tala descontrolada es real.

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El mundo sin carreteras

0X Septiembre 2014

Estoy en el último barco, presumiblemente, que me transporta durante varios días por este mundo sin carreteras. Voy a llegar a Yurimaguas, en el Perú. Han sido, en total, meses de agua y selva. Un mundo en el que todo, absolutamente todo, es agua: el Amazonas no es sólo el río; es su cuenca. Lo he visto crecido y sus aguas inundan mucho más allá de las orillas que vemos, kilómetros y kilómetros de llanuras, lagos y bosque inundado. Mágicos bosques con vida por encima y por debajo del agua.

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Hoy mismo

Hoy es el primer día de mi vida que he visto una tela de araña diseñada en forma de nave, de bola, de balón ahuevado, hueca. Estaba suspendida por múltiples cables fuertes en todas las direcciones, sin duda como el acero para unas abejas extrañas que colocaban sus nidos en ellos.

No encontré a la araña, quería felicitarla: por el diseño y por la hospitalidad.

Después perdí la cuenta de las niñas de hasta 6 años que cargaban con sus hermanos (esta vez no eran sus hijos), de la mitad de su tamaño, por el poblado de Jutaí, donde por fin he visto caras completamente indígenas en el Amazonas. Tenían una increíble capacidad para arquear la cadera y dejar el peso de sus cargas en ella. Una estaba en la puerta de su casa viendo el chavo del ocho de reojo; otra caminaba a oscuras por la calle con una cara de mujer de 40 años que mejor ni recordarla. Otra, bajaba a un embarcadero con todos sus hermanos.

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Hoy es el primer día de mi vida que he oído un sapo que suena exactamente como Mario Bros saltando en SuperMarioWorld para Supernes. Que estuve un rato buscando al chavalillo de turno por la casa, para echarme unos vicios con él, hasta que me sacaron de mi equivocación.

Hoy he visto cosas.