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La compasión

La compasión

Creo que en el viaje de yomelargo entendí, y nunca lo había entendido antes, el significado de la palabra compasión.

Quizás a través del Ahora pude estar más despierto, y esa consciencia, que trae bienestar, hace automáticamente buscar el bienestar de los demás. Cuando se tiene se da, cuando uno recibe uno da. Es un cliché, pero muy real. No importa cómo se tiene o cómo se ha recibido, no tiene por qué ser de los demás, también puede tenerse generando dentro. Pero cuando se tiene, se quiere que los demás tengan, y despierto, uno empieza a estar más atento ó consciente de las caras de los demás, de los sufrimientos de los demás, sus realidades.

En lo más profundo de estas realidades, está la luz invariable de esas personas, idéntica a la propia. Esta infinita similitud entre los demás y uno, esta igualdad, más allá de que ellos la conozcan o no, o de que sean conscientes o miserables, es de hecho la compasión. De repente, un vínculo profundo entre ellos y yo existe, y aunque suene egotista, veo a los demás como desde otra dimensión pero en el sentido de ‘bueno, ahí están, ahí los han puesto, lo hacen lo mejor que pueden, pobrecicos’ (como yo).

En el viaje, obviamente me he encontrado con gente asquerosa, literalmente y hablando sin compasión. Gente de mearles encima. Gente que no merece nada, que contesta mal incondicionalmente, maleducados, groseras, o llanamente hijos de puta. También gente pobre, pero pobre espiritualmente, muy lejos de sí mismas y con pocas probabilidades de encontrarse. Y, mirándolos con los ojos correctos, o compasivos, ¿qué culpa tienen ellos de nada?

Digo como yo porque compartimos la naturaleza física y mortal finita, y estamos sujetos a un destino y a una muerte de la forma, todos, juntos. Nuestros nombres, formas e ilusiones desaparecerán como lágrimas en la lluvia. Esto me crea compasión y humildad, y acaba con ese ego.

Y como yo, porque quiero creer que también estamos sujetos, como hermanos, a la dimensión espiritual que estoy intentando alcanzar, a una condición inmortal pero también impuesta, que espero nos una indefinidamente y que dé un sentido de un puta vez a todo este tinglao en el que vivimos. Uno puede alienarse en el sufrimiento ajeno para experimentar la compasión, pero también puede tener compasión por nuestra parte eterna, si es que existe, sin necesidad de Dioses. No sé.

Montañas de Bolivia: anécdotas

(Contínúa)

Desperté con ruidos de cerdos y perros, y unos pollos me pasaron por encima indecisos para llegar a la calle, junto a la que yo dormía, después de su encierro nocturno.

En la casa me servían desayuno gracias a los mozos, a los que caí bien la noche anterior en un breve intercambio de historias. Tenían tiendita donde reponer mis tomatitos, papas, cebollas y arroz con los que sobrevivía cada día caminando. Y galletas. Hablaban quechua y a cada tanto decían la palabra ‘gringo’ entre risas. Estaba claro que yo era el entretenimiento. Salí y pasé el día con los mozos, acompañándoles a cargar costales de abono en un asno hasta su tierrita, que sembraron toda de maíz y papa. Descubrí la hierba de anís, que comía a muerdos y me tiré a la bartola mientras ellos removían la tierra.

Por el pueblo de adobe me entretuve con cosas como la iglesia, que si digo que estaba que se caía no es por vieja, es que se caía. La plaza era un hervidero de calor y aburrimiento, y había dos personas cotilleando lo que pasaba en cada esquina, con ese silencio en el que el paso de un perro ya es un evento. Una singular señora viejita muy agachadita que va espantando gallinas con piedras se paró, y mirando un poco a los lados se agachó un poco y meó allí donde le apretó. El cementerio era de traca. Lleno de plásticos, unos montones de tierra indicando dónde había alguien y algunos mausoleitos viejos de adobe marcaban, como todos los cementerios, quién tenía y quién no.


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Montañas de Bolivia

Érase una vez,

Estaba yo en Torotoro, un pueblito que quizás hoy viva de los dinosaurios. Son frecuentes las huellas de dinosaurios en esta zona y esto atrae a muchos turistas, y el bonito pueblo cuenta con una horrible plaza donde réplicas de algún bichejo antediluviano muestran los dientes bajo luces de colores y flashes.

Cuando hube explorado bien lo que más me motivaba a mí del lugar -a mí déjame de huellitas-, que era un precioso cañón con paredes naranjas que se encienden según el sol avanza, dejando a sus rayos alcanzarme solo a mediodía el tiempo justo para bañarme en pozas frescas y que me hizo sentir un poquito como en 127 horas, me dispuse a dirigirme hacia Sucre.

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El libro del Ahora

Seguramente habrá gente -o no- que se pregunte a qué viene todo esto del Ahora y estas entradas tan fuera de lugar en un blog que habla de lugares del planeta, como yomelargo. Hasta hay una categoría nueva al respecto.

A parte de que yomelargo es un viaje tan interior como exterior, lo que justifica sobradamente esas entradas, existe un libro fundamental y en parte responsable de todo ello. Encajando profundamente con mis aprendizajes espirituales, ha sido una pieza de 8 cabezas en el puzzle del viaje. Un libro de esos que se puede abrir en cualquier página y crecer un poquito con un párrafo. Un libro que cada vez que lo llevo en la mano, el paseo cobra más sentido. Un libro que lleva un año en mi mochila y le he dado unas 4 o 5 pasadas, y ahí va a seguir.

Si alguna vez parece que existe mérito en esas entradas, no es mío, es del libro, que ha puesto ese crecimiento en mi camino. Si te animas, dale espacio y confianza, no leas al pie de la letra cuando veas nombres, levanta tu mirada tras cada párrafo y trata de asimilar lo leído, lee despacio, y no pierdas el contacto con él.

A mí, me ha acompañado como un amigo, y al igual que comparto la belleza del planeta, creo a bien compartir la belleza del aprendizaje y las cosas buenas que descubro, más allá de lo material.

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El poder del Ahora (Eckhart Tolle)

La impermanencia de los ciclos

En lo relativo a las formas, hay nacimiento y muerte, creación y destrucción. Nuestros cuerpos físicos, árboles, plantas, naciones, civilizaciones, galaxias.

Lo mismo pasa en nuestros inevitables ciclos de pérdidas y ganancias. Hay ciclos de éxito, cuando las cosas parecen llegar a nosotros y funcionar. Hay ciclos de fracaso, cuando desaparecen nuestros bienes, seres queridos o lo que simplemente llamamos suerte. En este viaje, aunque quizás sólo sean percepciones optimistas del camino creadas por situaciones inolvidables o momentos pletóricos, encuentro mis ciclos altos, el seno creciente de la gráfica de mi presente. Pero sin embargo, existen momentos, creados por pequeñas enfermedades o inseguridades, planes rotos, bajadas de energía, incluso falta de motivación para escribir, en que mis ciclos también tocan fondo y los senos son negativos.

En estos momentos, dependiendo de mi estado de consciencia, me enfado, rebufo y los días son miserables. Yo mismo soy inconsciente de mi poder para cambiarlo, y una simple imposibilidad física o debilidad emocional me hacen perder el norte de yomelargo. Sin embargo, aunque tarde, acabo por descubrir que estas fases deben dejarse ir, simplemente para dejar espacio a que surjan cosas nuevas. Si me resisto en este punto, rehuso seguir el ciclo de la vida, y sufro.

La conclusión es que no es cierto que el ciclo ascendente sea bueno y el descendente malo excepto en nuestra mente. En la identificación con la mente, me resisto al Ahora negativo y creo un sufrimiento proporcional. Creo un dolor de resistencia inconsciente a lo que ES al dejar a mi mente juzgar mi ciclo negativo -ne-ga-ti-vo- y crear toda la negatividad asociada. Este dolor sobrevive con mi resistencia, y no puedo realmente luchar contra él porque crearía más conflicto interior.

La salida es observarlo y aceptarlo con una sonrisa, aunque sea forzadita -fuera de coña- en la boca. Es bueno reconocer este dolor y aceptar que está ahí sin pensar en él, sin juzgarlo, observando lo que pasa en mi interior, y siendo consciente de que lo observo. Así entiendo que esta fase es impermanente y tiene un fin, pues nada puede crecer por siempre. La gráfica no puede siempre subir, el seno(x) medianamente estable es la realidad obvia en los ciclos de la vida. Dicho de otra forma, la subida no puede existir sin la bajada. La bajada es esencial, vital para la siguiente subida, así que acepto esta bajada con su negatividad como parte intrínseca de mi Ser. A veces me doy cuenta demasiado tarde y ya he sufrido de más, pero aprecio mucho darme cuenta. Saber que va a pasar y observarlo como quien observa a su pareja pesimista cuando está de mal humor con una sonrisa y le hace reír, aceptándola y sabiendo que es parte de la vida.

Son caras de una misma moneda de acero, el éxito está detrás del fracaso y viceversa. Tarde o temprano vamos a fracasar FIJO. Así que esperemos el fracaso con los brazos abiertos, sabiendo que cada éxito eventualmente se convierte en nada, según las leyes de impermanencia. La no resistencia sería el estado de gracia contínuo, con el que soñamos, en el que no dependemos de que las cosas sean buenas o malas: simplemente llegan y se gozan, MIENTRAS DUREN. Tal vez se irán, pero cuando no hay dependencia, no hay temor a la pérdida -muerte-, todo fluye con suavidad.

Volvendo a la impermanencia, y al apego, la condición que me traía felicidad puede ahora traerme infelicidad. O puede desaparecer y hacerme sufrir. La prosperidad de las gentes hoy pueden ser el consumismo vacío y triste del mañana. Apegarnos a una condición -sea algo material, o nuestra mismísima juventud- va a traer sufrimiento. Según el budismo y mi Vipassana personal, la felicidad es ‘dukkha’ (sufrimiento), y son inseparables. Felicidad e infelicidad son una misma cosa. Sólo la ilusión del tiempo las separa en mí gráfica sinusoidal, seno(x).

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Alfonso?

Ya viene la llama

1 diciembre 2014

Los festejos bolivianos son realmente interesantes, y he debido de tener suerte en mi paso por el país pues he visto varios y he podido disfrutar de muchos momentos especiales con locales. Más allá de las enormes diferencias culturales, los festejos siempre unen a la gente en diversión y la desinhibición asociada acaba por dar momentos curiosos.

Es tiempo de promociones, es decir, de final de curso escolar, y aquí y allá, en cada comunidad, se celebra en la escuela un día de fiesta en el que los niños son finalmente los que menos celebran. Es el comienzo de las vacaciones de «verano», en diciembre, las más largas del año. Y esto es para todos, con las navidades de por medio, y el inicio de un nuevo ciclo. Muchos adultos que han ejercido labores directivas en las comunidades también encuentran el término de su obligación, y se lanzan al festejo. El resto del pueblo, se une simplemente.

Fue en la isla del Sol que casualmente acabé en mi primera promoción. Son días de abundancia, donde llega comida comunal de todos para todos, y donde no falta el alcohol. Para viajeros como yo, he de admitir que es un lugar donde uno quiere estar, especialmente cuando mi economía en la isla estaba tan limitada y el hambre golpeaba. Mirando alrededor, puedo distinguir cuál es el patrón de conducta del personal. La gente se sienta en torno a sus haberes, en grupos, por el suelo, y disfruta hasta la embriaguez. Me gustaba, me parecía estar en un festival de electrónica donde la gente se sienta por el suelo en sus grupitos a cogerse sus jamones. Pero esta gente es otra gente. Y la banda musical no estaba en un escenario: eran unos hombrecillos que tocaban, a veces, unas melodías simples y rimbombantes.

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La hidroeléctrica del Tapajós

No soy muy de postear peticiones comunales, pero en esta ocasión, me atañe personalmente por ser una tierra conocida y de amigos, y quisiera pedirles una firmita con el sistema de ‘Salva la selva’ para evitar la destrucción de comunidades indígenas en el Amazonas.

Los jueces y el gobierno no escuchan a estos indígenas pues están sometidos a intereses y otros tipos de influencias, aunque se garantiza por ley el derecho a consulta de los damnificados.

Los indígenas comenzaron entonces ellos mismos a demarcar su tierra por su propia cuenta. Y las autoridades continúan entregando concesiones de tierras a empresas para talar bosques que quedarán inundados por la represa. La licitación para la construcción se ha pospuesto.

¿Les ayudamos?

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