…es tal que levantarse con el calor mañanero y hacerse una tortilla o huevo con cebolla, tomate y queso (hasta la fecha mi desayuno más repetido);
…ir al mercado a proveerse de fruta y picar algo exótico aquí y allá durante la mañana…
…volver a buscar algo en los ríos de la vida que tanto me han gustado aquí…
…conocer un puente de madera colgante como los de las películas, y cruzarlo hasta cansarse.
Si te apetece cruzarlo conmigo, adelante:
Y bueno, en cualquier día en San Ignacio, yo me paro cada rato a observar los árboles. Ya los he mencionado alguna vez, pero es que los árboles aquí son espectacularmente enormes y me llenaban de ilusiones, cada árbol me daba una idea, como una casa de madera en las ramas altas, o uno de ellos creciendo en solitario en el patio de una linda casa en el campo.
Junto al puente de madera trepé a uno de ellos, permanecí sentado en una rama un buen rato convenciéndome de que estaba cómodo, y me dejé caer al agua en el río. Y la vuelta a ‘casa’ fue tremendamente entretenida gracias a ellos (ojo a los tamaños relativos de los objetos):
…Y bueno… así fué ese día en San Ignacio.
E quanto era o preço do quilo da cenoura neste lugar?