Cuando una persona que ha estudiado y leído mayormente ciencias sale de su cubo y se enfrenta a un mundo en el que mucha más gente de la que pensamos cree en cosas irracionales, invisibles o ultra-empíricas, su inexistente fé se ve amenazada por una necesidad de crecer. Por mimetismo puro. Especialmente en América, donde cada cultura muestra gran fé en sus doctrinas espirituales, sean ancestrales, coloniales o modernas.
Así, abriendo mi mente voluntariamente desde el primer día de este viaje, he llegado a tener en cuenta cosas que antes rechazaba con furia, como la religión. O el propósito de nuestra existencia, o el mismo concepto de reencarnación, completamente de locos, pensaba. Y sigue pensando gran parte de mí. Será un proceso.
Yo decía, basado en la observación y mis propias conclusiones, que la religión era el fruto de nuestro miedo a la muerte. Siempre estuvo ahí, siempre enterramos a nuestros muertos con respeto, así lo aprendí en historia en el instituto, cuando se nos dijo que civilizaciones antiquísimas metían a los muertos en grandes vasijas con joyas. Pero ese miedo a la muerte viene de la evolución, de tener un cerebro un pelín más grande que el de un macaco. Lo suficientemente más grande para pensar.
Pensar.
Pensar que yo no quiero que me pase a mi lo que le pasó a la abuela en la caverna, que ya no se mueve más y se pudre, y apesta.
¿Por qué -decía- sólo por tener unos cm cúbicos más de cerebro (sólo por disfrutar de un pequeño paso evolutivo más, de millones), vamos a recibir un trato especial tras la muerte? Un trato diferente al que recibirán macacos -hermanos, ojo- o nuestros perros y gatos. ¿Qué estupidez es ésta? ¿Como hemos llegado a inventarnos dioses, salvaciones y satanases, sólo por ser un poco más cabezones? ¿De tan atrás viene nuestro ego y nuestro egocentrismo? Para mí somos iguales en la naturaleza, ratones y humanos. Más o menos evolucionados, partes de una misma creación, pero iguales. Y tengo a Darwin y a Lamarck conmigo. Eso sí, quién puso aquí todo esto para que evolucionáramos dentro, es otra historia.
No. Cerraremos los ojos, todo será negro y dormiré para siempre, se acabó mi vida, como la de Laika y los macacos. ¿O es que nos encontraremos con la perra Laika en el más allá? Venga, no me jodas. Es muy bonito inventarse historias de reuniones y aplausos, pero seamos realistas. Triste, pero estoy seguro de que es así, estaba seguro. Estoy seguro.
* * *
El tener claras estas convicciones en las que no caben espíritus, fantasmas ni demonios, me ha ayudado a estar tranquilo con el planeta. La fé de mucha gente que he conocido, contradictoriamente, les hace tener miedos ridículos y sustos de saltar. Yo no conozco ese miedo.
Nunca me he asustado por un ruido sordo o extraño, o una puerta cerrándose, ni por una vela que se apaga sin viento, algo que se cae al suelo sin explicación o un crujido cercano en los arbustos. Me río con las películas de terror paranormal. La oscuridad total me gusta y la soledad en ella es un golpe de adrenalina si me pilla caminando en alguna noche, nada más.
Porque sé que todo tiene un explicación, cada coda que pasa está dentro de los límites de lo posible y de hecho le doy un carácter justificado, científico y super normal, inconscientemente, en milésimas de segundo, ni me da tiempo a mirar hacia la amenaza porque ya la he justificado como algo del mundo que conozco, de lo único que existe, de lo empírico, lo normal. Pero quizás así me pierdo también otras cosas basadas en la intuición, o en la fé por las señales, el camino de la vida y el destino, que siempre tuve pero que ahora, por cierto, son más fuertes.
¿Creemos lo que vemos, o vemos lo que creemos?
Una vez escribí que para cambiar lo que vemos, quizás debamos cambiar lo que creemos. Si cambio mi fé, ¿veré o sentiré mas cosas? ¿Estaré más conectado espiritualmente? Pero entonces, ¿también tendré más miedo? Sonrisas.
* * *
Todos estos procesos mentales ebullen en mi mente evolucionada y pensante cuando la película ‘I, origins’ llega a mis manos, boom, en las islas Marquesas, hijas predilectas de la creación y portadoras de la belleza divina celestial.
Un hombre de ciencias se choca con el amor y este amor le abre los ojos de la fé. El hombre se choca con sus principios y acaba buscando respuestas en India, donde yo quiero contestarme por largo tiempo hace largo tiempo.
Demasiado cerca de mi vida y en el mejor momento, la película.
La idea de la reencarnación podría arrancar de un mero y básico deseo de seguir viviendo, de volver a empezar, de la ilusión por una segunda oportunidad en la Tierra y no en el Cielo o el Infierno. También pudo nacer de la necesidad de justificar los acontecimientos de esta vida, la personalidad, los gustos más íntimos, lo que nos toca en suerte, como algo merecido o provocado o determinado desde vidas anteriores. También se me ocurre que alguien pudo pretender usar la sensatez ante otros álguienes, exponiéndole el razonamiento aplastante de la masificación imposible o inconcebible: si hay vida en el más allá, el más allá tiene que estar insufriblemente petado. No me quiero imaginar las playas del más allá si en ellas te puedes encontrar a todos los que ya se han muerto desde «el inicio», sea cual sea y como sea y cuando sea el inicio. Y el cristo de idiomas muertos que habrá allá y las pintas que llevarán aquéllos y los pelos de aquellos otros y las broncas de todos por existir mentalidades incompatibles fruto de diferencias generacionales obvias (!). La reencarnación posibilita la circulación de almas, unas vienen y otras van, no puede ser que a un puerto estén llegando barcos y más barcos sin que nunca se vaya ninguno para dejar sitio. Y facilita la evolución en el más allá de modo que allá no te encuentres con australopithecuses ni con tíos con peluca tipo Bach, sino con gente en la onda.
Pensar.
Sonrisas.
Es ponerse a pensar y reírse de lo esquizo de lo que nuestro pensamiento es capaz de conseguir. El pobrecico. (Bien poca cosa que se merezca un mínimo de consideración por parte de nadie). Será que esos centímetros cúbicos de evolución son una birria de evolución y que no tenemos ni puta idea de nada.
Fantástico que estés seguro de algunas cosas. Admirable y seguramente bueno e importante. Yo loqueesyo de nada de nada, cuanto más aprendo y crezco mayor perplejidad me invade y mayor sensación de que la olla no me da para pillar nada de nada (de lo esencial, digo).
Fe… (sin tilde si es que sólo existe una -que vaya usted a saber con eso de que hay infinitas dimensiones-), hay algo dentro de mí que no sé si es fe o qué es, que me alivia -como a ti la certeza de que el crujido no ha sido más que eso: un crujido- cuando cualquier tipo de inquietud me asalta: es la sospecha (no sé cómo llamarlo, «sospecha» es un buen palabro tal vez) de que todo está en su sitio siempre, y eso me lo recuerdan la luna que nunca falla con su ciclo, el sol con su trayectoria, las estaciones del año, los cauces de los ríos, las mareas, y las danzas de las constelaciones y la fijación por no moverse de la estrella polar. Me hacen sospechar que todo está bajo control y que si me he perdido noches estrelladas ha sido por mi culpa, porque no he tenido en cuenta que cuando la luna se llena ya no las puedo ver tan nítidas.
Es como si la cosa se tratara de adaptarse sin más a la vez que vivir teniendo en cuenta que todo está bajo control excepto lo que uno puede individuamente adaptar, cambiar, aportar ínfimamente, individualmente, que supongo que será lo que verdaderamente uno «es».
Pensar.
Está muy bien. Lo que pasa es que pensamos con palabras, y las palabras son limitadas, fíjate si son limitadas y pocas que hasta caben en un diccionario de bolsillo. Y hay personas que conocen muy pocas palabras porque son incultas las pobrecicas. Así que la capacidad para pensar se ve reducida o aumentada en función de las palabras que se conocen. A mí mismamente me faltan casi todas las que necesito para poder pillar lo que pasa, lo que es esto, lo que es la vida.
Pero sí, pensar es importante, al menos permite usar las palabras que dan lugar a que uno sienta que existe.
Amo leer lo que escribes porque tus palabras escritas son lo único que ahora existe de ti en mi vida desde que te fuiste a recorrer la Tierra.
(Bueno, también tengo el hombrecito de bizcocho que me regalaste, que va conmigo en la furgoneta; lo de lo único es un decir). Sigue escribiendo, sigue pensando, y sigue viviendo. Y vuelve cuando toque para que nos abracemos callados.
Besos desde el balancín de la terraza de atrás y bajo la luna llena que es preciosísima pero que borra las estrellas la muy cabrona.
Holy fuck!
La reencarnación o el más allá están definitivamente -en mi opinión- relacionados con esa ilusión que mencionas por que no ‘se acabe todo y se ponga negro y me duermo y se acabó’ tan cruel que yo asociaba a la muerte.
Yo mismo lo deseo. Pero es como infantil creerlo, como ver nuestro propio miedo encarnándose él mismo, más que nosotros, en esa ilusión.
¿De qué te sirve reencarnarte si no sabes que antes eras Paco, para volver a intentarlo, o a corregir, o a ayudar a algún amigo?
La gente cree que hay espíritus que vienen a encarnarse varias veces hasta llegar a algún tipo de completación final, y escogen vidas difíciles porque ‘dan más puntos’. Pero yo me pregunto, ¿por qué tanto trabajo pallá y pacá?
Finalmente, lo del no caber más gente allá espero que esté ya pensado. Espero que sea no físico donde veas playas y gente con ‘pintas’, sería lo mismo, nuestra mente juzgaría a todos como aquí, ‘mira el hijo de puta este’, sino donde se está sin estar, y sobre todo (por favor),
sin pensar.
Estamos todos a procura das respostas sempre, Ele estar a nossa espera. Só precisamos deixar de ser homens e permitir que nosso interior incline nossos ouvidos para conhecer a verdade sobre o amor divino. Enquanto houver dúvidas estamos sobre nosso próprio domínio, quando nos desligamos de nós é que percebemos porque viemos, pra que viemos e pra onde estamos indo. Tua resposta está aí dentro de ti e você já percebeu, mas o homem em si julga necessário ir mais além na tentativa de encontrar algo que prove o contrário, ou espera receber algum sinal sobre natural pra confirmar a resposta mais sensata que lhe foi dada de presente, uma resposta perfeita somente para ti. já foi revelado!
Que lindo!
Eu tenho inveja, muita mesmo, da sua fe.
De ónde você pegou tanta? Eu não consego confiar tanto, não posso aceitar respostas enquanto elas sejam relaçoadas sómente com uma doctrina concreta, como a cristã. Eu quero respostas mais globales…
Tal vez eu continuo na tentativa de encontrar algo, nem que seja uma sinal evidente. Ou não encontrei essa resposta no meu interior.
Obrigadão!
…morir, cerrar los ojos, todo negro y dormir para siempre? really? c’mon!
acaso cuando duermes no tienes sueños increíbles?
me gusta ver que tu viaje está corrigiendo dioptrías en tus ojos de ciencia!
:-)
Ya, quizás era muy cruel, pero estaba seguro de ello, fíjate, me parecía lo más normal. Quizás una solución simple e infantil a un problema para personas mayores.
Mi abuela decía que no creía en la Iglesia, ni en ningún Dios, pero que ella intuía que había «una mano poderosa» , fíjate tu , mi abuela…