Miami?

Se acabó.

Me cansé de esperar y de trajinar tanto para conseguir mi barco al oeste. Las cosas tienen un límite y YA. No puedo estar más tiempo aquí, quiero continuar!

Las compañías de cruceros me confirman que no me dejan hacer la jugada barata. Barcos privados no hay porque es temporada de huracanes y si hay alguno me ven cara de querer llevar ganja (maría) a Méjico… o eso me pareció cuando un alemán jubilado me denegaba educadamente la opción de subir a su barco del CLUB mirándome como si no fuera del CLUB.

Así de últimas encuentro una conexión relativamente barata, si, desgraciadamente VOLAR, de un día para el siguiente, pero es a Belize. He de pasar por Playa, Méjico, una última vez a recoger mis cosas no-pensadas-para-las-islas-caribeñas. Un sube y baja hasta allí… pero, qué coño! Belize? SEA! Nada malo puede salir de Belize.

Ah! Pero el vuelo tiene una pequeña escala de 16 horas en MIAMI. ¿Noche en banco de aeropuerto? Ya veremos.

Aunque luego pienso, mira, ni tan mal, me acerco un momento, le doy a Enrique Iglesias el tortazo que nunca le dio su padre, y le pongo voz de hombre.

Y me vuelvo corriendo al aeropuerto.

* * *

Al final no encontré a Enrique Iglesias pero me pegué unas buenas caminatas por Miami beach y Avenues, ví muchos lamborghinis y oí sonidos de cilindros reventando el asfalto.

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En el aeropuerto me cerraron la consigna de equipajes por 5 minutos tarde y me llevé a TODO (la super mochila, unos 20 kilos) en la espalda conmigo a todas partes.

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Yo y TODO no estábamos pa entrar en clubs a ver pijos y rubias de tortazo, como Enriquito, así que claro, dónde mejor voy a dormir en Miami que en… Miami beach, orientada al este, por cierto?

Así podría ver un amanecer marino que lucía tal que así.

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Con todo lo dicho debo añadir que Miami me moló un huevo. La verdad es que la ciudad y la playa estaban increíbles y limpias y la gente con la que hablé fue super agradable. Una veinteañera y su amigo me hablaron al verme con la mochila y me llevaron en un cochazo por ahí. Pero muy majos. Otra me preguntó, en una terraza donde la gente estaba de fiesta, por mi mochila, y al escuchar mi historia se emocionó y rápidamente me dí cuenta de lo extrovertidos que son aquí y lo fácil que es sacar conversación y conocer a gente…

Después de esta sacada de contexto, seguimos en Belize.

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