(o de no es el qué sino el cómo)
Si no hay alegría en lo que estás haciendo en este momento, probablemente el tiempo te está desconectando del Ahora. PAM.
Pero el problema no está en lo que haces, sino en el cómo. El cómo siempre es más clave. Poniendo mas atención en el cómo o en el proceso, que en el qué o el resultado, nos zambullimos en el presente y todo empieza a fluir más fácilmente, pues hay una evidente falta de resistencia asociada. El esfuerzo disminuye y hay un rollo cachondo en lo que hago. Es como aquello de concentrarse sólo en el siguiente paso de un ascenso sin levantar la mirada para ver la cumbre de la montaña. Cada acción (y cada paso) llevan calidad, buen rollete. El qué, el fruto, el resultado, llegará solo, con nuestro desapego a ellos, al futuro, a la realización, al fracaso o al éxito. En esta situación ya estoy bien, ya he triunfado, ya no necesito «llegar a ser» algo diferente de lo que soy Ahora.