2 Diciembre 2013
A Granada he llegado después de un día de autostop largo, cansado, ya de noche, aunque veía volcanes ya en el atardecer.
La única gracia de llegar a una ciudad grande en este momento se reduce a que ahora paso desapercibido en mis andanzas. Hay más como yo, ya no soy la gracia del día, maravilla. Pero he vuelto a la ruta pisada, con su inglés en el hostal, sus gringos, sus precios más altos…
Total, que me siento a cenar en una terraza bien merecida en un lugar que, después de las cuatro vueltas de rigor, decido es el mejor por precio barato y situación agradable. Con birra.
Tardan un pelín, y justo cuando me ponen el plato, aparece John. Un negro gracioso, sin una pierna, con muletas, que si le doy un cigarro, SI, aunque me quedan dos, rollete where are you from, bueno, que si me importa que se siente, SI, disculpa, pero quiero cenar, bueno pues se va, hala, con Dios.
2 minutos. Aparece un hombre con guitarra, que parece que va a tocar, que qué le tocamos hoy, quieto, que me apetecía estar un rato tranquilo que vengo de lejos, cansado, cenar bien, pues el rollete de que si la mujer le ha echado, una hija pequeña, porfa no te sientes, se sienta igual, al final hasta majo, quedamos para pescar al dia siguiente.
5 minutos, aparece un perro sin la pata delantera derecha, sucio, se sienta guardando dos metros de distancia y respeto, a mi lado, y NO ME QUITA LA MIRADA hasta que acabo de cenar, especialmente cuando me llevo algo a la boca. No dice nada. Ojos negros con penita.
A quién de los tres le darían algo?
Yo también. Acabé averiguando que se llamaba Tarzán y estaba todos los días a esa hora por allí, y le llevaba cada noche los restos de mi pollo callejero. No era el único que lo hacía!
Firmaría debajo de tu escrito si no tuviera ya un autor. Estuve en Granada hace tres días y experimenté exactamente lo mismo que tú sólo que con diferentes actores.
Un saludo
Jaja, de veras?
Eso es que Granada sigue igual, y eso es bueno.
Tengo un bonito recuerdo de ella…
Que será de Tarzán?
Sigues viajando?