Tirando la ceniza a los lados de la cama sin ningún tipo de problema, me doy cuenta de nivel de mierdosidad de los lugares en los que a veces me meto, o duermo.
Sin embargo, mientras la tiro, pienso que cada día es más intenso y rico que el anterior, y me pongo contento de estar desbanalizando mi vida. Sonrío con la siguiente calada.